¿Cuándo llega el momento de contratar una enfermera para el hogar?
Al llegar a una edad avanzada se hace difícil realizar las mismas tareas de siempre. Los huesos, músculos y articulaciones envejecen y ya no tienen la misma fuerza ni movilidad de antes. Lo mismo sucede con la vista y el oído, a medida que el tiempo pasa, estos comienzan a desmejorar.
Por esta razón, algunas personas deciden llevar a sus padres o abuelos a una residencia para ancianos: allí las enfermeras y asistentes pueden darle la atención que necesitan, en especial cuando tienen alguna enfermedad o condición de salud. Sin embargo, pagar por una residencia puede resultar caro.
Otra opción que se está haciendo cada vez más común, es la contratación de enfermeras para el cuidado de los ancianos en el hogar.
Es una alternativa más económica y personalizada, con la que no hace falta tener que salir de casa. Además, el tiempo del servicio puede ajustarse a las condiciones de cada usuario. Incluso, puedes contratar una enfermera por una semana o un fin de semana. Todo dependerá de qué tipos de cuidados necesites tener en casa.
Si aún no estás seguro de tener una enfermera en casa, en este artículo te contaré cuáles son las 5 señales que debes tener en cuenta para dar ese paso.
Cuándo pensar en contratar una enfermera para el hogar
Dificultad con la medicación
Las personas mayores necesitan tomar diferentes medicamentos, a medida que su salud va desmejorando. Cuando viven solos o pasan la mayor parte del día sin compañía, se vuelve complicado tomar toda la medicación de forma corecta.
El hecho de que las pastillas tengan el mismo tamaño, color o envase, puede causar confusión.
Factores como la pérdida de la memoria, sensibilidad a los medicamentos, movilidad reducida y dificultad para ver las etiquetas, tampoco ayudan a que las personas mayores puedan tomar todos sus medicamentos por sí mismos.
Esta es una de las razones por las que contar con una enfermera se vuelve necesario. Su labor consiste en administrar los medicamentos, sin importar la condición del paciente.
Pueden llevar un registro de los medicamentos, evitando que ocurran errores o descuidos al tomarlos.
Dificultad en el cuidado personal
Actividades como lavarse los dientes, bañarse, vestirse o peinarse, se vuelven difíciles de realizar por una persona mayor.
Esto sucede porque, al envejecer, se produce un desgaste natural en las articulaciones que perjudican la movilidad de los ancianos, haciendo que actividades simples y comunes, sean complicadas de hacer.
Una enfermera se encarga de que sus pacientes tengan una buena higiene, siendo de gran ayuda cuando no pueden valerse por sí mismos.
Así que, cuando un familiar en edad avanzada tiene alguna condición que le impide realizar sus actividades diarias de higiene y limpieza, es momento de contratar a una enfermera personal.
Dificultad para estar levantado por periodos largos de tiempo
Después de los 60 años los miembros inferiores comienzan a perder fuerza. Las articulaciones, los huesos y músculos se desgastan, haciendo que sea agotador estar de pie o hacer largas caminatas. Es allí cuando se vuelve necesario contar con una enfermera.
Ellas pueden ayudar a sus pacientes a levantarse, caminar o estar de pie, siendo un apoyo firme para ellos. Su ayuda es bastante útil y son la mejor compañía para dar caminatas por el parque.
Desde luego, también es importante contar con herramientas que faciliten la movilidad, como por ejemplo los andadores para ancianos.
Estos dan un excelente apoyo y permiten mantener una mayor estabilidad al caminar. Son ideales para adultos mayores que desean caminar al aire libre o recuperar su movilidad tras sufrir lesiones u operaciones.
Deseo de tener independencia
Durante la vejez, muchas personas sienten que pierden su autonomía. Muchos pasan a tener una dependencia económica de sus hijos o nietos, pierden su independencia física o mental, siendo incapaces de realizar las mismas actividades que hacían cuando jóvenes.
Si bien la pérdida de la autonomía puede darse a cualquier edad (por lesiones o discapacidades), el envejecimiento es uno de sus principales factores. Este situación se complica, cuando las personas mayores son internadas en residencias para ancianos, pues su estado emocional decae al no sentirse útiles como antes.
Al tener una enfermera en casa, ellos pueden sentir confianza en sí mismos para realizar algunas actividades, pues ellas sirven como apoyo y guía sólo cuando resulta necesario.
Esto ayuda a mantener cierta libertad y autonomía en el día a día. Sin contar con que, al estar en casa, se sienten mucho más cómodos que en una residencia para ancianos.
También es posible encontrar herramientas diseñadas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
Una de estas, son los móviles para ancianos. Con ellos pueden comunicarse de forma fácil y rápida, cada vez que lo necesiten.
Gracias a que existen muchos modelos de dónde escoger, se adaptan por completo a las necesidades y al presupuesto de cada persona.
Los familiares se encuentran abrumados/agobiados/angustiados
Por último, hay un factor determinante en la contratación de enfermeras particulares: los familiares.
La preocupación de tener que dejar a algún adulto mayor en casa, cuando se encuentra en una situación de dependencia, puede afectar mucho el estilo de vida.
Hay quienes deben faltar al trabajo para poder darles los cuidados adecuados a sus padres o abuelos. En especial cuando han sufrido alguna lesión o enfermedad.
Sin embargo, no todos tienen la paciencia, dedicación y vocación de una enfermera.
Ellas están capacitadas para dar los mejores cuidados a sus pacientes, teniendo el control absoluto de sus medicamentos y un registro de valores como la presión arterial o la glucosa, por ejemplo.
Es por eso que, cuando la situación comienza a resultar abrumadora para los familiares, lo más conveniente es solicitar la ayuda de una enfermera, quien será la más indicada para atender todas las necesidades de un adulto mayor.